domingo, 19 de octubre de 2008

Redireccion

Hola a todos:

Les agradezco enormemente por los comentarios que me han dejado, sus palabras son las que hacen que uno siga adelante con este proyecto...¡¡gracias¡¡.
Ahora aprovecho para comentarles que redireccione mi blog y ahora lo pueden encontrar actualizado y mucho mas completo en El traje y el mundo.
Espero que les gusten los arreglos que le hize y les sigan siendo utiles los datos que pongo...Espero futuros comentarios con ansias y mucho gusto... Att: M.H


miércoles, 23 de abril de 2008

España




El pueblo español es una mezcla de los pueblos indígenas de la península Ibérica con otros que fueron conquistando sucesivamente su territorio, ocupándolo durante diferentes periodos de tiempo. Estos elementos etnológicos engloban a los celtas, un pueblo de la Europa atlántica, a los iberos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, todos ellos pueblos mediterráneos, y a los suevos, vándalos y visigodos (véase Pueblo godo), pueblos germánicos. También están presentes los elementos semíticos, en especial de origen árabe y judío. Hay varios grupos lingüísticos en España que han mantenido una identidad cultural propia. Entre estos se encuentran los vascos, cuyo número es de unos 2,7 millones, los gallegos, que son unos 2 millones, y los catalanes, que ascienden a 6 millones. Los gitanos, esparcidos por toda la geografía española, forman un importante pequeño grupo étnico con acusada personalidad.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS SOBRE EL TRAJE EN CANTABRIA

En este apartado vamos a comentar brevemente el desarrollo y la evolución que sufrió la indumentaria cántabra en tres épocas concretas, sobre todo, por la aportación de documentos, tanto escritos como gráficos que se poseen.

ÉPOCA ROMANA
Gracias a los historiadores latinos y griegos que escribieron sobre la península en época romana, podemos conocer a grandes rasgos cómo vestían los pobladores de nuestra región y de la comarca de Campo. En líneas generales las descripciones que nos dan no beben ser creídas en su totalidad, ya que muchas veces se extrapolaba de otras zonas más conocidas a regiones menos conocidas, como es el caso de Cantabria. El geógrafo e historiador Estrabón , es, sin duda alguna, el que más a escrito sobre las costumbres de los pueblos del Norte de España y entre ellos Cántabros y Astures destacan por la sensación, que al parecer causaron las historias que contaban de ellos los viajeros de la época o los legionarios de Roma. El traje de los cántabros presenta muchas semejanzas con los de otros pueblos de la misma cronología, pero leyendo la descripción que Estrabón hace de ellos, nos da una base fundamental para comprender cual va a ser el desarrollo de los vestidos en otras épocas. Esta base fundamental es el material y el color que emplean. La lana, el cuero y la madera. Los tintes naturales: ocres, marrones y sus derivados al mezclarlos. Lo más destacado es el uso de abarcas, bien de madera o cuero, lo que demuestra una utilización muy frecuente, antes y en siglos posteriores, de un calzado tan útil para el campesino como éste. La mujeres en ésta época utilizarían como vestido túnicas y capas de vasta lana.
La pervivencia de estas costumbres en la indumentaria en épocas posteriores es más difícil de rastrear, pero lo normal es que una vez romanizados la moda imperial se impusiera entre los pobladores de Cantabria, al igual que el cambio de nombre por otro más culto, más latino. La moda romana adaptada a éste valle se caracterizaría por las túnicas de lana o paño, sin descartar el uso de las abarcas que citaba Estrabón.

EDAD MEDIA
Los inicios de la Alta Edad Media en nuestra región y más en nuestra comarca, se nos presentan oscuros, con la salvedad de restos arqueológicos en el sur o asentamientos en lomas en la zona central del valle de Campo, (zona de repoblación, siglos VII-IX). Durante el periodo visigodo, la moda se caracteriza por la pervivencia de formas antiguas, romanas, y la incorporación de túnicas y "bragas" masculinas de origen germánico. Esta aportación visigoda debe ser tratada con cautela, al no tener vestigios en la zona y sólo por extrapolación de otras zonas a ésta. Pero la ropa campesina no distaba mucho de la empleada en otras partes de España y Europa, camisas de hilo gordo hasta las rodillas y sayos de lana.

Durante la Baja Edad Media, los datos que tenemos se suelen encontrar en representaciones artísticas en capiteles, bajo relieves, pinturas al fresco, etc. Campo y su zona de influencia poseen un buen repertorio de esta documentación escultórica, Cervatos, Sta. María de las Henestrosas, Mata de Hoz, La Loma, S. Martín de Elines, etc. La forma más común de vestir, y dadas las inclemencias metereológicas, es de forma sobria, sin adornos, atendiendo a una función precisa: mantener el cuerpo caliente. De nuevo la túnica, el sayo, y el jubón gordo hasta la cintura o incluso, como en Campo, hasta las rodillas. El carácter pastoril sería el predominante en Campo y la indumentaria la más cómoda posible. Durante la Edad Media, lo más destacado son los tocados femeninos, normalmente el pelo recogido o cubierto con pañuelo o montera como se puede apreciar en algún canecillo de Cervatos.

EDAD MODERNA
Es en esta época, siglos XV-XVII, cuando la indumentaria cántabra tenía rasgos originales y se empieza a perfilar como va a ser el traje regional. El hombre vestía con una capotilla de dos haldas, de rasgos arcaizantes, montera y abarcas, las piernas desnudas. La mujer tenía un atuendo más complejo, vestidos de lino, con camisa y sayas fruncidas, o bien cuerpos de paños; a diario descalzas en días de fiesta usaban medios botines; las casadas presentaban la cabeza descubierta o se la cubrían con un turbante alto (sentido fálico) y las solteras rapado el pelo, demostrando así, su virginidad. Las descripciones de estos trajes que van variando a lo largo de estos siglos por la incorporación de modas cortesanas, se pueden ver en los grabados que sobre Santander y la montaña hizo el grabador alemán Franz Hogenberg en 1565, sobre dibujos anteriores de Braun de 1548, recogidos en el libro Civitates Orbis Terrarum donde se puede ver tres mujeres con sus trajes típicos, dos casadas y una soltera. Lucen sayas largas, hasta los tobillos y un calzado cerrado. Los capiruchas o tocados de mucha altura son anteriores al siglo XV, tal vez anteriores al cristianismo, por su exceso paganismo fueron prohibidos por la iglesia. Durante el reinado de los Austrias, la moda para hombres y mujeres estaría influenciada por la austeridad de la corte, aunque nunca influyó demasiado en la indumentaria del ámbito rural.

EL TRAJE REGIONAL CAMPURRIANO.

Antecedentes históricos
Entendemos por traje regional al vestido que se empieza a utilizar en el siglo XVIII (1750) y hasta el siglo XIX (1880). Para otros autores la época en la que se desarrolla el traje regional va de 1770 a 1870. Después de la última fecha dada, alrededor de 1860 y años posteriores, el traje regional, tal como le conocemos hoy, cae en desuso, sobre todo por que surgen modas más cómodas y el desarrollo de la industria, que hace que se "abandone el campo". El status social en los pueblos ya no le marca un traje, pierde su significación social o económica, sino lo que prima ahora son los "estudios", o el dinero que se posea o el haber salido de la rutina del pueblo y del campo por la aventura de la ciudad o de ultramar. Ante esta nueva etapa de la historia, los trajes regionales no significan nada, simplemente un recuerdo del pasado que en algunos lugares pervive como tradición en romerías o fiestas.

Desarrollo y evolución
La evolución económica de Reinosa favorece el progresivo abandono del traje regional del siglo XIX, y van apareciendo nuevos elementos en la indumentaria que reflejan ese cambio, como el sustituir la blusa campurriana por la montañesa o vasca. La zona de Campo tiene influjos tanto castellanos, como asturianos en su forma de vestir. Por lo tanto, se podría hablar en ciertos aspectos en la indumentaria campurriana, de homogeneidad con regiones limítrofes, sirva de ejemplo el uso del chaquetón con cuello alto y solapa triangular, igual que en Galicia, Asturias, Cantabria, hasta penetrar por Soria. También, y mencionando el material, a la chaqueta campurriana se la puede buscar paralelos en todas las zonas de valles altos, tanto cercanas como alpinas, ya que la única condición que tienen es que sea sobria y que sus materiales sean consistentes para aguantar el frío, lanas, paños gordos y colores pardos. .

El traje femenino, no ha cambiado tanto desde el siglo XVIII, manteniéndose hasta el siglo XIX más o menos igual. Es también similar el traje de mujer en toda la zona cantábrica, como asegura Luis de Hoyos, que mantienen el rodao como falda de paño gordo, y el dengue o mantelo, para el busto. Y el pañuelo anudado y ceñido a la cabeza.

El traje del hombre, que al igual que el de la mujer procede del siglo XVIII, evoluciona algo en el siglo XIX, pero esta evolución no es significativa, simplemente cambian algunos complementos; escarpines con menos lengüeta; el diseño de chaqueta y chaleco con solapas menos puntiagudas en la segunda mitad del siglo XIX, que a principios del mismo siglo. También pueden variar las presillas de atar los calzones, (por la apertura en la zona de la rodilla) por trabillas, éstas más modernas. En definitiva son pequeños detalles, que como es natural, no presentan rasgos de diferenciación entre vestidos de diferentes épocas.

Aunque la bibliografía es escasa, los datos que se tienen sobre el traje campurriano pueden variar, como es el caso de la versión que da José Calderón Escalada, de las alpargatas femeninas, esa descripción (atar en espiral y alpargata) no la da ninguno de los libros consultados, sino que la descripción del calzado es la de un zapato bajo con agujeros, sin ojeteros, por los que pasa una correa, o bien escarpines altos, abiertos por delante y ajustados con cintas, o bien, abiertos por los lados y abrochados con broches y el uso de albarcas. Esa descripción de las alpargatas se puede ajustar más a la que se empieza a utilizar en toda la montaña a partir de las primeras décadas de este siglo, cuando también se utilizaba la falda roja.

La utilización del traje regional y del campurriano parece que se extiende en una época concreta, unos cien años, pero la pregunta que debemos hacernos es, ¿por qué se desarrolla ese tipo claro y definido de traje y no otro? Una pregunta que habría que buscarla en épocas anteriores, tal vez durante el siglo XVI-XVII, en el que el traje se estaba formando y comenzaba a tener su propia entidad, una identidad marcada por el carácter de los campurrianos (sobrios y pragmáticos, que buscan soluciones concretas a sus problemas, en este caso el frío y su labor agrícola-ganadera) y como consecuencia de utilizar los recursos disponibles en la zona. Es fácil suponer que el utilizar chaqueta gorda de paño, con un gran desarrollo de las solapas, no se inventa en 1750, su origen hay que buscarle antes. La influencia de los trajes castellanos o asturianos es inevitable, ya que hay elementos comunes en la propia vida de los campesinos de esas zonas. Esto no significa que el traje nazca en un lugar determinado y se extienda, aunque pudiera darse el caso que una determinada forma de vestir se expandiera de su lugar de origen e influyera a otras regiones.

Lo normal es que a condiciones iguales se hayan empleado los mismos recursos, muchas veces como una misma solución a los problemas (esta idea simplemente desde el punto de vista materialista, sin entrar en disquisiciones sobre la función del traje en una sociedad). El valle de Campo al ser abierto, y paso obligado hacia el mar, es un buen lugar de "caldo de cultivo" para intercambios y contactos con otras zonas, estos flujos y reflujos de ideas, es de suponer que modificaron la conducta de los hábitos campurrianos, y en consecuencia, también de su indumentaria, que empieza a tomar un carácter más claro, acercándose al verdadero traje campurriano de calzón o "bragas " cortas con "trampa" para el hombre, camisa de cuello alto y montera tipo amitrada, pariente de la asturiana y cercana a la lebaniega, que según Cotera, es la más alta de la península teniendo 30 cm, aunque, según Julio G. de la Puente, la campurriana es de tipo castellana de también 30 cm de altura. También hay que destacar que el tipo calzón corto es utilizado por otros pueblos europeos, alemanes, suizos, austriacos, todos ellos de zonas de montaña con un clima bastante riguroso.

A finales del XVIII y principios del siglo XIX, Reinosa y todo el valle, se abren mucho más hacia la meseta castellana, sin duda favorecido por el camino Real (desarrollo de la carretería, Palencia-Alar-Reinosa) que pasaba por estos lugares y por la incorporación de las pequeñas industrias reinosanas, (surgidas gracias al desarrollo económico del valle), al comercio con otros puntos. La carretería modificó los hábitos campurrianos, pero pensamos que aún es pronto para una "modernización" de costumbres y vestimenta, para que suceda esto nos tendremos que acercar a finales del siglo XIX, con la implantación del ferrocarril.

Los carreteros vestían de una forma totalmente diferente a la de sus vecinos, tal y como lo describe el costumbrista reinosano Demetrio Duque y Merino, (esta descripción tan sólo debe servir para el carretero, que quizás estaba retratado de una forma menos "pueblerina") Los habitantes de la zona campurriana seguirían vistiendo de la misma forma, porque la ropa en esas épocas podía durar más de un siglo; además la confección de la vestimenta se hacía en casa o bien se repartía el trabajo entre familias. Esta costumbre de confeccionar el traje en casa, es recogida por varios autores, que mantienen que es preferible hacer un traje bien de una vez que no hacerlos más a menudo. Esto también se recoge en varios testamentos de la época, donde el traje es parte de los bienes a legar, incluso se cita el estado de conservación del traje. Con estas pocas innovaciones, es lógico pensar que le traje paso de generación en generación con un patrón ya prefijado antaño que se repite, a veces se incorpora algún elemento nuevo, como las trabillas del calzón que sustituyen al abotonamiento, o en la propia montera, que al hacerse puede cambiar el engrudo por hilos metálicos que la hacían estar derecha.

La evolución del traje campurriano finaliza más o menos en la última década del siglo XIX y principios del XX, como consecuencia de dos factores determinantes: el primero es el desarrollo del ferrocarril que llega a Reinosa a mediados del siglo XIX, y este factor, conjuntamente con los avances que trae consigo en técnicas, en intercambios de ideas, hacen que en la población se vayan introduciendo nuevos adelantos, como el pantalón, las camisas, las chaquetas tipo "americanas" de pana, paño más fino etc. Para las mujeres hay un amplio abanico de ropa que hace que se sustituya rápidamente la pesada saya con sus manteos de sayalete, por faldas menos pesadas. El frío, que parece ser factor determinante para que se empleara ese tipo de ropa, es ahora vencido por capas tipo ferroviaria, o abrigos de paño o lana.

El segundo factor que determina los cambios en las primeras décadas del siglo XX es la llegada a Reinosa de La Factoría de La Sociedad Española de Construcción Naval, que hace que afluya personas de todos los rincones de España, principalmente de la meseta castellana, favoreciendo así, que los hábitos en la indumentaria, en la forma de pensar, se transformen velozmente como siempre pasa con una industria de esas condiciones que hizo que la población se doblara en tan sólo 10 años. De esta forma, cuando el mundo rural de Campo entra en contacto con las ferias, ya no se va a encontrar con los útiles que existían antes, sino que ahora va a existir muchas más innovaciones, más utensilios, más ropa.

A partir de 1930, el traje regional cántabro se tipifica bastante: alpargatas blancas encintadas, blusa y pañoleta o chaquetilla negra, faldas rojas o de otro color, cortas hasta la rodilla, con grandes cintas de terciopelo negro, este traje mucho más "folclórico" es el que más extiende, y se utilizará para las ferias y las fiestas. El hombre empezará a utilizar atuendos más comunes, pantalones de pana o paño de color negro o pardo, camisa y chaqueta con chaleco, incluso, a veces, la boina de origen vizcaíno, todo ello rematado con fajines de color rojo a la cintura. El elemento que más ha perdurado han sido las albarcas de tipo campurriano o de "pico entornao" y su variante "pico de cuervo", mucho más vuelto que las anteriores y el "palo pintu", acompañante como complemento en toda la región.

Este tipo de vestimenta es la que hasta hace poco se utilizaba en casi toda Cantabria, una vestimenta menos "racial" que la típica regional de cada valle. Esta uniformidad puede estar creada por la fuerte conexión que tuvimos con Castilla-León, que impidió que muchas tradiciones perduraran, y las que quedaron fueron recogidas por la sección femenina de Falange. Desde los años 80, se esta viendo una progresiva recuperación del traje regional, tal y como lo demuestra la Asociación para la Defensa del Traje Regional. La importancia del traje no radica en él mismo, si sólo se recupera el traje, estaremos perdiendo el tiempo, ya que nunca podremos saber el significado que tuvo, o si marcaba una diferenciación económico-social con respecto a su ámbito rural o con valles próximos, o bien si el traje de gala era un intento de llegar a emular a los más ricos del pueblo, etc. Así, el traje debe ser tenido en cuenta como materia para un estudio más riguroso de una época, de su formación y las conexiones que se puedan establecer entre diferentes lugares, hasta formarse ese traje tal y como hoy es.

EL TRAJE CAMPURRIANO Y SU FORMACIÓN

SIGLOS XVIII-XIX

Como hemos visto el traje campurriano tiene una existencia limitada en el tiempo a cien años. Durante esa época el mundo rural cantábrico estaba viviendo un momento de apogeo debido al desarrollo de los "nacionalismos" y de personas interesadas en recoger las tradiciones y la forma de vida de esos campesinos, siglo XIX. Así es como presenciamos en Cantabria y Campo, un fuerte desarrollo de "investigadores", escritores realistas, costumbristas, y fotógrafos como Atkinson, Laurent, etc. Este momento crucial, es el que ha permitido que a principios del siglo XX, haya una extensa documentación (no la que nosotros desearíamos) sobre las tradiciones y las costumbres de los ámbitos rurales, como exponente de una tradición a salvaguardar (sería el inicio de un cierta tendencia regionalista). Estos hombres son los que han impulsado en cierta medida estos estudios, en un momento en que la prehistoria, la antropología, la geología, etc. se estaban formando.

El traje que ha perdurado hasta nuestros días, como casi siempre, es el de fiesta o gala, y este es el que ha pasado como traje regional.

EL TRAJE DE DIARIO.

Tal vez lo más difícil de rastrear sea la vestimenta que utilizaban en el trabajo, sin duda alguna su trascendencia es pequeña y sería un modelo que se repite en todas las partes de la región, durante todas las épocas. Como hemos dicho la importancia y la trascendencia la tendría el traje de gala.

El traje femenino.
Durante el siglo XVIII y XIX, el traje femenino ha cambiado muy poco con respecto al masculino. Las mujeres se encargarían de realizar y confeccionar los trajes, incluso puede darse el caso de repartición del trabajo entre varias familias, típico de momentos preindustriales. El cardado, la hila, la confección y el batanado de la lana u otro material correspondería a una misma familia. La mujer campurriana en estos momentos luciría a diario una camisa larga de corte cuadrado, sin adornos, hasta los tobillos de lino vasto, esta camisa era toda la ropa interior, siempre iba a "cuerpu libri”.

Para cubrir la camisa utilizarían una saya de lana, paño o bayeta hasta el tobillo; también podían tener uno o varios manteos de sayalete de diversos colores, naranjas, rojizos, etc. que les utilizarían como falda de diario, (pero nunca debajo de la saya principal, esto lo podrían hacer en las fiestas, pero aún así sería difícil de explicar que se pusieran varios manteos debajo de la saya). Para tapar el busto solían ponerse un refajo de vasto lino o estopa y encima de éste una pañoleta por los hombros, cogida por los picos en la zona delantera (pudiera darse el caso que en el delantal, aunque según Julio de la Puente no lo utilizaban antiguamente). El atuendo femenino se complementaría con escarpines y albarcas, aunque también cabe la posibilidad de que en casa fueran descalzas. La cabeza la cubrirían con un pañuelo atado en la parte superior dejando dos picos, y suelto en la parte trasera. Raramente las mujeres se descubrían la cabeza, por eso, en las zonas norteñas es muy raro que lucieran adornos, sólo una o dos trenzas, generalmente colgantes, o recogidas, jamás con flores y sólo alguna vez con cintas. En los días de invierno se pondrían medias de lana hasta las rodillas, varios manteos y la saya; para el cuerpo un dengue de lana vasta y camisa gruesa. Las mujeres en esta época no tendrían muchos vestidos, por eso tendrían que alternar el traje de gala con los de diario, por esa razón la saya que cubre los manteos no debe ser una prenda diaria, muy al contrario sólo se pondría en ocasiones especiales o en momentos de intenso frío, aunque no hay datos suficientes, debería existir una saya burda o rodao, para el trabajo en el campo.

El traje masculino.
Los hombres durante los siglos XVII al XIX, utilizarían para el trabajo diario un ropaje sin grandes adornos, totalmente utilitario y destinado a su misión, que podría ser la de ganadero, campesino o alguna profesión no relacionada directamente con el campo, carpintero, herrero, sastre, etc. La ropa de faena tenía que ser cómoda, destinada a un uso concreto, andar por los montes y por los campos. El hombre vestiría una camisa larga de estopa. Para cubrir las piernas unas "bragas" o calzones hasta la rodilla con alzapón y trampa, para atarlo botones, el material más probable era el lienzo de peñasco, tejido muy duradero que serviría para muchos años; otra posibilidad es que la camisa se recogiera entre las piernas y se formase con ella una especie de "pantalón corto". Para cubrir las piernas vestirían polainas de lana o bien "peales" del mismo género. Las albarcas serían, junto con los escarpines, el calzado más habitual para las faenas diarias. El traje de trabajo es sin duda el más difícil de rastrear, no sólo por que de él no se haya conservado nada, sino por que su trascendencia cultural es nula. Por cuadros antiguos y haciendo paralelos con oras zonas de España o Europa, los miembros de comunidades rurales se preocuparían poco de su traje de faena, estos retratos colectivos de corte costumbrista se pueden apreciar, y sirvan como ejemplo, en los lienzos de Brueghel el viejo, que refleja la sociedad rural del siglo XVI-XVII, esta sociedad campesina no distaría mucho, en los días de trabajo, de la descrita por el pintor para el valle de Campo. Aunque es dificultoso realizar este estudio, en Campo los hombres lucirían prendas de pardomonte, un paño ordinario que se utilizó mucho en el siglo XVIII para la confección de capas. La capa sería otra de la prenda que utilizarían los campurrianos en los días de diario en momentos de frío. La montera o "picota" campurriana se utilizaría como complemento para preservarse del frío, esta montera de gran altura también tenía una misión de diferenciación entre los habitantes del valle y los de otro, sobre todo, cuando se llevaba el ganado de forma trashumante; o bien, como distintivo, para que se viese a la persona en los montes en caso de niebla.

EL TRAJE FESTIVO

Este es el punto más importante y el más difícil de interpretar. Los etnógrafos y folkloristas señalan que el traje de fiesta es el que va a pasar a ser el traje regional en todas las provincias españolas. No obstante, este traje tan utilizado durante el siglo XVIII y principios del XIX, deja de ser utilizado en fiestas o en actos religiosos importantes a mediados del siglo XIX. En Campo, esta idea parece que se fragua cuando la carretería se introduce en el valle y con ella las innovaciones y nuevas "modas" en el vestir. El escritor costumbrista Duque y Merino, así lo atestigua en muchos de sus artículos y cuentos, cuando describe a una sociedad aldeana en fiestas que no utiliza montera, sino: sombreros la mayoría, boinas pocos, cachuchas algunos (especie de gorra). También, y siguiendo con Duque y Merino, las pandereteras del cuento lucen "saya corta", las "romeras" vestían chambras (vestidura corta a modo de blusa que usan las mujeres sobre la camisa), con faralares (Volante, realizado con tafetán que rodea las basquiñas (saya negra sobre la ropa interior), briales y las enaguas); los hombres utilizan un treno del mismo paño fuerte, blusa, chaqueta o americana, y esto lo describe como lo propio de los aldeanos. Esta descripción es de 1888, y parece que los gustos han cambiado mucho con respecto a mediados del mismo siglo o incluso antes. La descripciones de Duque y Merino, pueden adolecer de un intento de aproximarnos a un "mundo más culto" que el que era en realidad, ya que pone mucho cuidado en el lenguaje y en el ambiente que quiere reflejar, pero las descripciones de trajes o lugares son simplemente un pincela alejada de las descripciones posteriores que sobre el traje campurriano se tienen.

El traje de fiesta campurriano, como hemos dicho anteriormente, es una realización casera, algunos elementos de decoración se podían comprar en las ferias de Reinosa o a buhoneros itinerantes (botones, terciopelos). Aunque los paños de lana y de lino se hilaban y se tejían en el propio hogar, los más corrientes eran los de Astudillo (en casos especiales), pardomonte y paños de lana batanada. Para las camisas, tanto de hombre como mujer, el material preferido era el hilo de estopa, para las partes más delicada estopilla. Con estos materiales el traje se confeccionaba siguiendo patrones prefijados, aunque la variedad dentro del mismo modelo sería algo normal, pero no tenemos ningún dato claro y preciso que avale esta idea. Los colores preferidos, por lo común de conseguir sus tintes, son el de Sierra (tonos marrones, tipo carmelita) y negro. Las mujeres utilizaban los mismos colores marronaceos de la bayeta para saya y chaquetilla, en los manteos había más variedad de color, siendo los rojizos (pardos), naranjas y amarillos los predominantes, todos ellos de la misma gama cromática (el color verde es más utilizado en Trasmiera, no tanto aquí.

Hay que determinar que el traje campurriano que está pasando por "típico" o regional es el de los aldeanos, los de condición más humilde, por eso el traje tiene que ser sobrio, sin ningún alarde técnico y decorativo especial, para encontrar esto nos tendríamos que referir a los trajes pasiegos, mucho más adornados (un traje pasiego a mitad del siglo XIX costaba 6000 reales), o bien a las vestimentas de los hacendados y señoritos; pero si hablamos de este caso, no tendríamos que describir el traje típico campurriano, sino el que imperaba en esos momentos por cuestiones de moda (sombreros, chaquetas, paños de pana más finos, zapatos, vestidos de gasa, capas, etc.). Hay que tener presente que por mucho que los campurrianos "quisieran aparentar" con sus trajes, nunca iban a emular a los "ricos" en sus vestidos, ni siquiera imitarles, ya que los que marcan la diferencia son los más pudientes, y éstos no se dejarían "imitar" por personas de mucho menor peso social que ellos. Durante el siglo XIX esta diferenciación social se hace más patente; tal vez en el siglo XVIII, la moda no era tan clasista y ambas clases sociales vistieran parecido, sobre todo porque el trabajo de confeccionar el traje se desarrollaba en una economía familiar preindustrial, aún así, las diferencias sociales se marcan con elementos visibles, joyas, telas compradas en ferias alejadas del valle, pañuelos de seda importados, pañoletas, botones de plata, pendientes, collares de coral etc.(no obstante todo el pueblo se conocía y era difícil aparentar. Entre los "aldeanos", habría familias que lucirían unos paños más finos, esto se empieza a dar a mediados del siglo XIX, para a finales del siglo abandonar el traje campurriano por otra moda).

Nuestro traje regional pertenece a clases populares, el traje de fiesta que vamos a describir es una aproximación al traje que los ganaderos, campesinos, jornaleros se ponían cuando iban a misa, a una romería cercana o de otra zona, (así marcaban diferencias) o cuando asistían a un entierro o una boda.

El traje femenino.
En traje femenino de Campo se compone de varias piezas, no obstante alguna se puede suprimir, según los días de calor o frío, o la importancia de la festividad. Lo normal es que la vestimenta no tuviese muchos adornos, era más bien sobria, sólo en los complementos se podía lucir más el gusto o los ahorros. Las prendas básicas eran:
Camisa, normalmente era de lienzo vasto y larga, mangas anchas con pliegues en el hombro y las mangas, donde se estrechaba más y se ataba con presillas con un botón de pan de malva o de confite. Como la camisa de diario, ésta sería de corte cuadrado.

Para cubrir la camisa vestían un Corpiño con cortes por delante y detrás, para ahuecar en la cintura el grosor de la saya. Podía ser de muchos tejidos, paño, estameña, bayeta, etc., para abrocharle utilizaban cordones que se ceñían a la cintura, el color debió de ser pardo por los materiales que utilizaban.

Encima de estas prendas la campurriana utilizaba una Chaquetilla de pardomonte (paño ordinario) de dos tonalidades, o marrón o negro, dependiendo como fuera la saya, esta prenda al igual que el corpiño se ajustaba a la cintura y dejaba ver, porque no se ataba, el pañuelo. La chaquetilla podía adornarse con cintas de terciopelo en la parte de la cintura y los puños, la manga ancha por la parte superior (para dar más juego a los brazos), y se estrecha, como la camisa, en la muñeca, se ata con dos botones de hilo en forma de confite, la chaquetilla en momentos de frío se ataba con broches hasta la altura del pecho. Si no utilizaba chaquetilla se ponía pañoleta por encima de los hombros, atada y ceñida a la cintura, sobre todo en días de verano.

La Saya era del mismo tejido que la chaquetilla y del mismo tono (predominio del marrón y negro) para darle forma, se ajusta con tablas en la cintura y se amplía su vuelo hasta los tobillos. En los bajos se adornaba con la misma cinta de terciopelo que en la chaquetilla, lo que solía variar es la anchura de la franja de terciopelo. En la zona central de la saya habría dos lorzas o dobladillos para adornar. Bajo la saya podría ir un manteo de paño más fino en verano y de paño más grueso en invierno (a no ser que el manteo tuviera mucha longitud y se diese dos vueltas), esta costumbre de utilizar varios manteos no debe significar categoría social, ya que esto se consigue con adornos visibles, pendientes, collares, mantones importados, etc., el manteo nunca se dejaría ver (sería indecoroso), sino que actuaría para que no se pegase la saya a la camisa y la diese un poco de realce, los manteos serían los sustitutos de la saya en las labores diarias, y no para los días de fiesta, los colores de esta prenda serían rojizos, anaranjados y pardos, con alguna cinta de color en la zona inferior y con pliegues, para atarlos utilizaría broches. No utilizaba delantal.

Las piernas se cubrían con Medias que eran de lana, para los días de frío e hilo para los veranos, llegaban hasta la rodilla y se ataban con ligas de cinta.

Como costumbre en toda la zona norteña, se utilizaba el Pañuelo para cubrir la cabeza, en Campo existen dos formas de anudar el pañuelo, en los días calurosos se anuda en la parte superior dejando dos picos en forma de orejas y el resto caído sobre la espalda. En momentos de frío las campurrianas se anudaban el pañuelo bajo la barbilla, cubriendo así las orejas. Este pañuelo solía tener estampados y era el que podía marcar la diferencia económica entre los habitantes del valle, ser de seda, algodón, etc. El pañuelo dejaba entrever el peinado de las mujeres, que solía ser; recogido en una o dos trenzas con pequeñas cintas en las puntas, no irían muy adornados; o bien, recogido en un moño llamado "castaña", sobre todo las mujeres casadas o las más ancianas. Las mujeres más pudientes para marcar diferencia utilizarían mantilla o mantón para cubrirse cabeza y espalda.

El calzado predominante en las mujeres eran los escarpines o el zapato bajo. Para atarlos utilizarían cordones que pasaban por agujeros que se ataban en la zona del empeine, o bien abiertos por los lados que se ataban con broches. Como complemento final las mujeres calzaban albarcas "de picu entornao", y dependiendo de la zona, el pico sería más ganchudo, por Campo de Suso, utilizan la variante de "pico de cuervo" con el pico mucho más vuelto y una decoración a punta de navaja muy rica.

Las zonas altas de Cantabria son sobrias en el vestir, pero como aderezo solían ponerse gargantillas de coral con una cruz, pendientes, etc. En el aderezo se veía más la clase que en el propio vestido, éste por sí, no pasa de ser un "trapo" más o menos común en una zona, que después de un tiempo se ha institucionalizado como el "uniforme" de todos los moradores de un valle, aunque la variedad en el vestir debió ser tónica general (sobre todo los que importaban trajes de otras zonas).

El traje masculino.
Los valles altos, Campo, Liebana, presentan en la indumentaria masculina una gran sobriedad, tanto en los tonos de los paños, como en los adornos del traje. El traje campurriano es el característico de una zona de montaña, tanto por su hechura, como por los materiales que emplea. Lo más característico es sin duda alguna la montera o "picona", que por paralelos es muy parecida a la lebaniega, asturiana, incluso a la gallega.

El traje masculino campurriano utiliza paños de lana vasta, pardomonte, de color terroso, similar a los hábitos carmelitas, también se le denomina a este color de Sierra. El hombre utilizaba cinco piezas, más los complementos.

La Camisa estaba confeccionada en lienzo de lino, era muy larga, caía hasta las rodillas con dos grandes faldones que se recogían entre las piernas como pañales. La hechura de la camisa campurriana presentaba un cuello alto, casi hasta el nacimiento de la oreja, con los picos salientes, y de tela más fina (al igual que en los puños y pechera). Solía estar abierta hasta el pecho y en esta zona presentaba unos pliegues pequeños. La manga amplia que se va estrechando hasta llegar a la muñeca, donde se ata con un botón en de hilo en forma de confite.

La camisa es tapada por el Chaleco, que al igual que el resto del terno, es de paño burdo. Una característica del chaleco y chaqueta en los valles altos son los cuellos altos y las solapas triangulares. Este rasgo distintivo está presente en los chalecos de Campo. El chaleco siempre esta abotonado. En los dos costados presenta un bolsillo sin cartera. La parte trasera del chaleco se ajustaba a la cintura por dos sistemas: en épocas más antiguas, siglo XVIII, se utilizaría dos piezas de tela con ojeteros que se ataban con cordones; y posteriormente, en el siglo XIX, cambiarían los ojeteros por trabillas metálicas. Los botones serían de hilo recubierto con paño, o de plaquetas metálicas para los que sobresalían económicamente.

La Chaqueta campurriana estaba confeccionada del mismo paño que chaleco y calzón. No estaba entallada, y por las sisas era más amplia, para dar juego al brazo. Por detrás llegaba hasta la cintura y por la parte delantera era un poco más larga. El cuello y solapas son amplios, éstas últimas en forma triangular, que subidas hasta arriba protegían del frío. La chaqueta se ataba con botones, iguales a los del chaleco, pero más grandes. También tenía bolsillos sin cartera a ambos lados.

Los Calzones o bragas eran de pardomonte. Cubrían hasta las rodillas, donde tenía unas aberturas que se ataban, ajustándose a las rodillas, con botones en el siglo XVIII y posteriormente con presillas, al igual que el chaleco. El calzón es de alzapón, con trampilla que se ata con ojeteros en la zona interior. El alzapón se ata con varios botones de hilo recubiertos del paño (solía tener bolsillos en la zona de la trincha). Imaginamos que tanto las presillas como los botones, eran también de fabricación casera; dentro de esta sociedad rural, alguno pudo tener trabillas de plata y botones de plata o metal dorado, lo característico sería la sobriedad y la sencillez. Como único adorno, una cinta negra cubriendo los pespuntes de la pernera, esta cinta también se repite en las bocas de la pernera.

Las piernas hasta las rodillas las tapaban con Medias de lana, atadas con cintas, o bien más arriba de la rodilla y atadas con las presillas del calzón.

El calzado campurriano presentaba dos variedades, Zapato bajo atado fuertemente en el empeine con dos carteras que se solapaban, estos zapatos eran más difíciles de conseguir en estos valles. Lo normal son Escarpines de lengüeta alta, con suela dura y albarcas de "pico entornao" sin tarugos y con clavos o variantes "pico cuervo" en Campo de Suso, albarcas "mochas" o pastoras, "piconas" con un pico más pronunciado o las "mochas de clavo" más romas.

Lo más distintivo del traje campurriano es la Montera o picona esta confeccionada del mismo paño de pardomonte que el resto del traje. Como dijimos en otro apartado, es de un gran altura de unos 30 cm. acabada en punta, para mantenerla pinada se utilizaba engrudo. Esta montera presenta un ala en su frente, de forma triangular y de diferente color y material, en cuyo vértice se cose una borla de hilo al igual que en la zona superior, (también existe esta ala en la parte trasera, de la misma forma que la situada al frente). Los laterales se adornan con una cinta negra que cubren las costuras. Para atarla se utilizaban cintas que anudaban bajo la barbilla. Cuando el clima era riguroso, las alas de la montera bajadas cubrían las orejas.

Como complemento indiscutible el "palo pintu", distintivo como acompañante de casi todos los trajes regionales de la mitad norte de España, que estaba decorado con grabados o al fuego con calostros que dan un aspecto negro a la madera.

TRAJE TÍPICO DE LA ISLA DE IBIZA EN ESPAÑA

Las Islas Baleares poseen un rico acervo cultural, que se manifiesta a través de danzas y canciones tradicionales de una gran personalidad, interpretadas en ocasiones especiales (festivales, fiestas patronales) por hombres y mujeres, como la de la imagen, ataviados con trajes típicos caracterizados por su riqueza ornamental y su colorido.

TRAJE FLAMENCO
El flamenco es una modalidad de baile y música en la que los movimientos de pies, manos y brazos son muy precisos, aunque los bailarines tienen que saber improvisar dentro de una estructura fija. El flamenco puede bailarse en grupo o en solitario. Aquí vemos a dos bailarinas acompañadas por música de guitarra.

El traje consta de un vestido estampado, de mangas tres cuartos con boleros y encajes en los bordes, la falda tiene una terminación con boleros y pliegues de distintos largos y con encajes en los bordes, las mujeres llevan el cabello recogido y usan abanico.
 
Informacion tomada de Cuadernos de campo

El traje tipico en Europa

Anteriormente he puesto a su disposicion una gran cantidad de informacion acerca de los trajes tipicos de America, y dando por terminado ese territorio, me abrire paso por los diferentes paises de Europa.

Espero que esta informacion les sea tan util como la anterior...

Att, Maria Helena

America ¿completa?

Bueno, ojala hasta ahora les haya sido util la informacion de este blog y pronto seamos una gran comunidad y terminemos de completar la informacion que falta.
Ya con estoy yo doy por terminado el continente americano ¿pero faltan muchos paises? si¡¡ claro, que faltan muchos paises... pero lamentablemente mi busqueda se estanco aqui. Asi que agradeceria cualquier ayuda con los paises que faltan que son: CANADÁ, ESTADOS UNIDOS, BELICE, HONDURAS, EL SALVADOR, COSTA RICA, CUBA, JAMAICA, ISLAS DEL CARIBE, REPUBLICA DOMINICANA, HAITÍ, BRASIL, ECUADOR, PARAGUAY, URUGUAY, VENEZUELA y GUYANA

Nos vemos,
Maria Helena 

Argentina

El gaucho
Indumentaria en el folklore según las épocas

Primera época

Desde el último tercio del s. XVIII (1770/80) hasta el comienzo del período 1810/20. Este lapso corresponde a la desintegración de la sociedad colonial con patrones españoles y a su definición como "criolla" o nacional, sin abandonar completamente la herencia cultural de España. Es el final de la edad del cuero y el cambio hacia la era de la carne salada, de la economía cimarrona a la cría y engorde de ganado. Es el tiempo del desjarretador y la boleadora.

Botas de fabricación propia, de cuero lonjeado o no, de vaca o ternera, de yegua o potro o de gato. Generalmente cortadas a medio pie, es decir con todos los dedos al descubierto, en cuyo caso, que era también lo más frecuente, sin medias. De tratarse de un estanciero o de hombre más prolijo, la bota era cerrada y usaba medias de lana o de algodón, hasta las rodillas, de uno o varios colores. Las cañas de las botas o iban estiradas y sujetas con una guasca o una cinta con borlas, de tejido color vivo, llamadas ligas o se doblaban casi al tobillo. A estas botas iban sujetas, siempre que el hombre estuviera sobre el caballo o en pie de marcha, unas grandes y pesadas espuelas, de bronce amarillo, de plata o de hierro forjado. Las más usadas eran las de bronce - llamado latón por los españoles - metal amarillo o las de buena plata del Perú.

De la cintura hacia abajo cubría su cuerpo con dos prendas superpuestas: la interior, un calzoncillo de piernas largas hasta la pantorrilla, de algodón o de hilo (lino), con o sin calados o cribos y con un fleco en sus bajos, también de largo variable.Sobre los calzoncillos, unos calzones de corte de la época, es decir ajustados a las caderas y muslos, largos hasta la rodilla y con un corte lateral desde el bajo hasta el medio muslo, corte con ojales y con botones de metal, latón, plata y, excepcionalmente, de oro. Se confeccionaban con un pañete de lana, aunque los más comunes lo eran de triple (especie de terciopelo de lana generalmente rojo o azul); de bayeta o de pana. Los colores más frecuentes eran los ya mencionados, el negro, el castaño y el verde. Cada vez con mayor frecuencia estos calzones eran sustituídos por un rectángulo de tela o jerga, llamado chiripá o medio poncho. Sujeto a la cintura y enrollado a las caderas, como un mandil o mantila, pero puesto de atrás hacia adelante, con el cruce abierto sobre la pierna derecha. Tanto los calzones como el chiripá, se sujetaban a la cintura con un ceñidor (cinta de aproximadamente diez centímetros de ancho) de seda, con flecos o borlas en los extremos, o faja, de lana tejida en telar, como los ponchos.

Sobre esa faja o ceñidor iba, a veces, el cinto propiamente dicho, llamado tirador, confeccionado con tela (seda, terciopelo) o de cuero fino (tafilete, gamuza) o de ambos materiales, combinados con un gran bolsillo atrás y otros dos a los lados, cerrado al frente con varias hebillas o con abotonaduras de metal (plata, latón), llamadas más tarde "rastras".

El ceñidor y el tirador servían para sujetar el cuchillo o daga o puñal, siempre sobre los riñones y envainado de derecha a izquierda y de arriba abajo, de tal modo que el codo derecho flexionado fácilmente tocara el extremo de la empuñadura.

Cubríanse el torso con una camisa también de crea, de algodón o de lino (hilo). Encima de la camisa, el armador o chaleco de pañete, especialmente en invierno, una chaqueta, chupa o chamarra.

En la cabeza, de cabellera larga y generalmente trenzada atrás o en coleta, un pañuelo grande de seda o de algodón, de colores vivos, sujeto en triángulo cubriendo el casco y frente u atadas sus puntas a la nuca o flotante alrededor de la cabeza y cara y atado bajo el mentón.

Sobre el pañuelo o sobre el cabello, cuando no había pañuelo, un sombrero de castor o fieltro, gacho, de anchas alas y copa relativamente baja o un "panza de burra"de alta copa y alas cortas o un sombrero blanco de "cuzco", casi un galerín de copa redonda y alas cortas, hecho con una pasta de lana de llama y vicuña blanca. O, finalmente, en verano, un pajilla venido del Ecuador o de Panamá, de tejido de palma, de anchas alas y copa más bien alta. Todos con barbiquejo o barbijo, lo más frecuente de cinta de seda negra y una borla en el extremo, el corredor de madera forrada de hilo, de seda o de metal.

Salvo ciertas ocasiones, el hombre de a caballo iba siempre cubierto por su poncho. Sobre las postrimerías de este período se extendió, por influencia militar, el uso de un poncho de bayeta azul, con forro colorado, que, por ser dado por el Estado, fue llamado "Patria".

A veces sobre la cabeza sólo llevaba el pañuelo o un gorro de manga, conocido también como de Pisón, de uso militar y, entre los indios al servicio del rey y la marinería, de paño azul o colorado, aunque también los hubo verdes.

Estos atuendos eran usados o desechados temporalmente, conforme la ocasión (visitas sociales, trabajo rural, carreras, etc).

Segunda época
Desde aproximadamente 1821 hasta el período de los conflictos internos, alrededor de 1870. Período de la conformación o consolidación nacional, de guerras civiles, de caudillismo, de la carne salada, del comercio, del comienzo de la inmigración europea.

La bota de potro se mantuvo como predilecta indiscutible, tanto en el uso rural como entre las tropas nacionales. Sólo fue, poco a poco, desplazada en las preferencias de estancieros, mayordomos y oficiales, por las botas fuertes, de confección, de uso obligado entre estos últimos nombrados. Botas de cuero curtido, de caña semidura (relativamente blanda en el tobillo), con un corte en su borde superior y posterior, cordón con una o dos borlas al frente o en su cara externa, conocidas como granaderas o currutacas. La forma del pie bastante aguda pero con la punta roma, casi mocha y tacones bastante altos. Siempre negras. En cuanto a los más modestos peones o tropa de línea, utilizaban la bota de potro o bien iban descalzos.

En la segunda mitad de este período aparece la alpargata, nuevo tipo de calzado de uso popular, aportada por los vascos.

Las espuelas mantienen su forma pero ya no se fabrican en latón o bronce, sino de hierro. Las de plata siguen siendo las de mayor uso entre los más pudientes.

El calzoncillo cribado mantiene su uso universal entre las distintas clases, en el ámbito rural; tan sólo se alarga, desde la media pierna casi hasta los pies y se ensancha exageradamente abajo.Las franjas o cribos acentúan su lujo y calidad con motivos florales y, a veces, con iniciales y palabras completas.

El calzón de origen español es sustituído por el chiripá. Los estancieros y mayordomos, lo cambian por un pantalón de tipo militar de caballería y luego (desde 1835-38) en adelante, por la bombacha.

Faja de lana, de algodón o de seda y de colores, larga, a veces con flecos en los extremos.

Cinto de tirador: se mantiene.

La camisa mantiene las mismas características, materiales y forma de la primera etapa.

El chaleco sólo cambia algo su forma, por las variantes de la moda en los medios urbanos, que se trasladan alámbito rural. Los bolsillos pierden sus tapas, se usa más corto y de abertura mayor, disminuye la cantidad de botones que ahora son forrados o de metal o de concha, teñidos de color y muchas veces colgantes a modo de gemelos; se ciñe aún más al torso, las solapas se hacen de otro material y con bordados. Las telas predilectas para su confección son la seda, el mordoré, la pana y el terciopelo. Los bordados, finos y pequeños, son en colores y jasta en hilos de oro y plata.

La chaqueta mantiene sus características de forma y materiales de confección y se le aplican pequeños bordados o, con mayor frecuencia, adornos de trencilla o "pinos".

Se mantiene el uso del pañuelo.Entre los militares, estancieros y mayordomos comienza a usarse un corbatón o pañuelo más pequeño, usado como tal, generalmente de seda y otra tela liviana, hecho un moño o en nudo de corgatín con dos puntas.

El sombrero sigue siendo el chambergo o el de pajilla en verano, con su barbijo, al que las guerras intestinas agregan una cinta en la base de la copa, con alguna inscripción alusiva a esos conflictos, llamada "divisa". Los militares de rango y estancieros (y sus mujeres cuando van a caballo) adoptan en este período el sombrero de copa o galera,. En algunos cuerpos militares se acentúa el uso del gorro frigio, al que se agregan cintas de color y cocardas con significado político. Hacia la mitad de esta etapa aparece la boina, que adquiere un creciente uso rural. Poco a poco van perdiendo vigencia los sombreros panza de burra y los de fieltro blanco ("del Cuzco").

El poncho mantiene plena vigencia, generalizándose cada vez más los de confección industrial europea (ingleses), tanto los de lana para invierno, como los de algodón y aún de seda, livianos, para verano. Pero el que adquiere uso universal es el "patria".

Tercera época
Desde fines de la anterior, hasta aproximadamente la segunda década del s. XX. Corresponde al periodo militarista e institucionalista. Es el fin de los caudillos rurales, la era de la industria y de la tecnificación, del alambrado de los campos, de la refinación de las especies de ganados, del desarrollo de la agricultura y de la muerte y la transfiguración del gaucho, en paisano, en orillero o en matrero. Es la era de la bombacha y la bota fuerte. Es el paso del saladero al frigorífico.

Durante buena parte de esta época, conviven prendas y usos correspondientes a los dos grandes ciclos vitales del hombre rural rioplatense: el del gaucho y el del paisano. Al primero lo caracterizan las botas de potro, el chiripá, el facón y el chambergo, con pañuelo atado, debajo. Al segundo, la bota fuerte y la alpargata, la bombacha, el pañuelo hecho galleta, al cuello y la boina de vasco.

En esta etapa se dan sin excepción, casi todas las combinaciones posibles entre las prendas caracterizantes de ambos ciclos.

Así, entre los peones troperos, carreros,es decir los más modestos trabajadores del campo, pueden encontrarse hombres vestidos con:

1. botas de potro, calzoncillo largo, chiripá de apala y de bolsa de arpillera, faja de lana, camiseta de lana, chaleco, pañuelo al cuello y chambergo o boina de vasco.

2. botas fuertes, calzoncillo y chiripá igual que anterior, faja y cinto "chanchero", camisa (a rayas, a cuadros o lisa); blusa "corralera", pañuelo, cchambergo o boina.

3. botas fuertes, bombachas, faja y cinco "chanchero"camiseta o camisa; saco o "corralera"; pañuelo, chambergo o boina.

4. alpargatas, calzoncillo de lana; chiripá de bolsa, faja, camiseta, chaleco, pañuelo, chambergo o boina.

5. alpargatas, calzoncillo cribado, chiripá de chal, cinto de tirador, camisa, chaleco, saco, pañuelo, chambergo.

6. alpargatas, bombachas, faja, pañuelo, boina

Y muchas más variantes. En los casos de capataces, mayordomos, administradores y hacendados o estancieros, vestirán con las lógicas diferencias, las mismas prendas que los anteriores, también en diversas combinaciones, aunque no sin lógica, con alguna unidad de criterio:

1. Botas fuertes, calzoncillos, chiripá de merino negro con trencilla, faja,cinto, camisa, chaleco, saco, pañuelo, chambergo.

2. Botas fuertes, bombachas, cinto, camisa, chaleco, saco, pañuelo, chambergo.

Todos, sin excepción, agregarán como complemento indispensable, liviano o de invierno, la única pilcha de uso verdaderamente universal del medio rural rioplatense, la que atravesó como una bandera triunfante todas las épocas y todos los estratos sociales: el poncho.

En el vestir espontáneo y funcional, decorativo, simple, rudo, colorido a veces acompadrado o cursi, de los hombres de campo no hubo cánones, pragmatismos, reglas o modas. Fue la natural expresión de una escala de valores propios de su cultura, donde la función, la practicidad y la fantasía fueron siempre aliados inseparables de la necesidad, el hábito y la ocasión

Bailes Tipicos

La Chacarera

Pertenece al grupo de danzas picarescas, que a su vez provienen de una antigua generación de bailes europeos que, a fines de la colonia, fueron irradiados desde el Perú hacia todas partes (excepto Brasil).

Existen pocos documentos que documenten su arraigo y es imposible saber si se bailó antes de 1850. Pertenece al folklore vivo, pues aún se baila al natural en los ambientes populares de algunas provincias (Catamarca, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, sur de Jujuy). Se recogieron chacareras con los nombres de Chacra y Molino, en el oeste de la provincia de Córdoba.

Dama: zapatos de cuero de tacón mediano. Vestido de zaraza en dos piezas: falda con mucho vuelo y adornada con amplios volados aplicados y bata abotonada adelante, con volado puesto como sobrefalda y otros en el borde de las mangas y alrededor del cuello.
Peinado: en una o dos trenzas sueltas.

Caballero: botas acordeonadas, con o sin espuelas. Bombacha y chaqueta típica, cortita, de bordes rectos con adornos de alforcitas o nido de abeja, llamadas encarrujadas. Camisa, cualquiera color blanco o de otro color. Faja. Tirador con rastra o cinto ancho con bolsillos. Pañuelo de seda al cuello con las puntas a media espalda. Sombrero de copa baja, con barbijo; de colores gris, negro o marrón. Cuchillo a la cintura.

La Zamba
Deriva de una danza peruana que diera origen a la Zamacueca. Aquella danza - Zamba - se conoció en Argentina alrededor de 1815 y fue absorbida por la Zamacueca, aunque siguió utilizándose el nombre de Zamba para referirse a la Zamacueca o Cueca, que será más lenta o más rápida de acuerdo con el lugar en que se baile y el intérprete que la ejecute. En cuanto al uso del nombre, sirva como ejemplo que en la provincia de Tucumán se utilizan los nombres de Zamacueca o Chilena o Zamba o Cueca, en la de Formosa Zamacueca o Chilena y en la mayor parte del país, Zamba o Cueca. En Santiago del Estero, Tucumán y Salta se asimilan Zamba o Chilena.

Es muy probable que la Zamacueca haya ingresado a la Argentina por la provincia de Mendoza, hacia 1825. Luego se expandió hacia el noroeste.

Dama: medias de muselina, zapatos de cuero con taco, no muy alto. Pollera larga y amplia. Corpiño de la bata bien ceñido, hasta la cintura, terminando en un volado ancho. Mangas largas amplias en la unión con el corpiño y estrechas en el antebrazo. De escote cerrado con algún cuellito. volado ancho rodeando la espalda, hombros y sobre el busto.
Peinado: dividido en dos bandas de cabello recogido en torzada baja sobre la nuca.

Caballero (de la campaña): botas altas acordenonadas en su parte inferior, colocadas encima del pantalón. Pantalón, camisa blanca o de color, faja de lana provinciana, puntas colgantes hasta medio muslo, sin cinto. Saco largo claro, abotonado bien arriba y abierto abajo. Poncho de verano al hombro. Sombrero panamá de alas anchas, copa baja y barbijo.

Atuendos típicos Correntinos

De acuerdo a los lugares de asentamiento , como así también a los distintos acontecimientos y vivencias ; las vestimentas del paisano tienen las siguientes características:

Zona ganadera : en esta área, la indumentaria se compone de bombacha, generalmente de colores oscuros y de un solo paño.

Por su parte, la camisa es de algodón, de traza lisa de colores semi -oscuros, predominando los marrones y los azules. El pañuelo también es de algodón, diferenciándose sólo por el color de su divisa política (rojos y azules). La faja es tipo vasco. Su color guarda directa relación con el pañuelo y nunca es listada como trata de imponerse por la influencia de intereses foráneos. Sobre la faja luce el ancho cinto de 2 ó 4 hebillas para realizar las faenas cotidianas y con rastra en su atuendo para fiestas. El mencionado cinto se distingue de los utilizados en otras regiones por el uso de la revolverá, guayaca(a modo de monedero) y guarda -documentos o papeles.

El cuchillo lo coloca sobre el lado derecho de la cintura y en la parte posterior de la misma, aprisionándolo entre la faja y el cinto; es un elemento de trabajo que acompaña con la chaira, elemento que sirve para sacarle filo. Sobre la bombacha acostumbra a llevar el llamado guardamonteo montera, que como su nombre lo indica, sirve para preservar del monte la ropa de labor. Su confección es muy sencilla: se emplean dos paños de lonetas de forma rectangular, superpuestos unos 10 centímetros en la cintura, con una cinta del mismo material, del largo que permita sujetarla al cuerpo. Abierto los paños hasta la altura de las rodillas, donde comienza una costura del largo de la pierna , con cierta amplitud hasta los tobillos; allí se ata nuevamente. Sobre el guardamonte o independientemente de él, calza las clásicas canilleras, hechas también de lonetas y de forma rectangular, del largo de la pierna y hasta la rodilla aproximadamente de medio metro de ancho, de modo que dé dos vueltas a la pantorrilla. La canillera se sujeta mediante un primoroso trabajo en lana, a modo de correa; de su extremo penden borlas que reafirman su color partidario. Complementa el atuendo el viril capí bará (cuero de carpincho hecho tirador) ; esta prenda tiene doble finalidad: a veces se lleva arrollada al costado de la cintura para tirar el lazo, evitando que tan dura tarea lastime la cadera. De ahí el nombre de tirador.

Otras veces, esta prenda cuelga airosamente de la cintura a los pies; entonces los flecos de la misma producen sostenidos sones de "bajo", cuya finalidad es la de asustar a los animales y de esta manera, sacarlos de un brete a otro en los corrales. En esta tarea acompaña la musicalidad de la espuela mesopotámica con carácter netamente correntino, pigüelo largo de hierro por lo general con dos chapitas circulares (llamadas guardapolvos), que encierran las rodajas de 10 centímetros de diámetro, cuyos bordes terminan en agudas púas de cinco clavos usados por los domadores; o bien por un redondel profusamente estrellado. Las espuelas se aseguran al empeine con tiras de tiento. Su infaltable rebenque o guacha enana, el poncho o ponchillo de tipo vicuña o también de los colores de su divisa partidaria. Para este atuendo el paisano se calza con alpargata . Las características del sombrero son: copa chata y redonda, el ala varía desde los 6 a los 10 centímetros, indefectiblemente de paño de color negro (no de otro color), el barbijo de finas tiras de cuero o lana, cuya terminación complementan pequeñas borlas de color partidario, color que también lleva la cinta con la que veces se remplaza el cintillo del sombrero. Al sombrero lo llevan en forma recta o quebrada el ala sobre la frente.

Otras zonas: En otras áreas de la provincia son muy pocas las variantes en este atuendo de trabajo. Puede llevar o no las canilleras y la montera o prescindir del tirador y las espuelas, según las tareas a realizar. El sombrero es quizás el elemento más indentificatorio de las diferentes zonas; así tenemos que en la costa del Río Uruguay y zona central se utiliza el sombreo de ala ancha (de 10 centímetros) y hacia el oeste, cruzando el Río Corrientes, se usa en mayor proporción el sombreo de ala angosta, de 6 a 8 centímetros de ancho.

Variantes domingueras y para días de fiestas


En estas oportunidades el paisano usa bombacha que causa admiración. Son de una una amplitud inmensa, disimulada en pequeñísima tablas (de 30 a 50 en cada pierna) repartidas en los paños anteriores y posteriores. Los colores más usados son el negro, marrón, azul y, en menor proporción, el blanco. La camisa, por lo general, es blanca y lisa.
El cinto es de cuero de carpincho o cuero curtido, con los mismos aditamentos que para el uso diario . También hay cintos de otros cueros pero siempre con las misma características. La diferencia fundamental se da en la rastra, que luce en la parte central de la cintura. Ésta se sujeta al cinto por medio de 6 cadenitas de plata o metal blanco, terminadas en botones del mismo material. Si no lleva rastra, tiene como adorno una hebilla grande que se extiende a todo lo ancho del cinto (de plata o metal blanco con sus iniciales) o con cuatro hebillas como uso diario. Las partes metalizadas pueden llevar incrustaciones de oro. El tirador es de ciervo, aunque de uso poco habitual . El pañuelo es ancho, de seda y colocado en forma triangular, que llega hasta el medio de la espalda; con sus iniciales bordadas en las puntas o anudado al frente en la forma tradicional. El sombrero es el mismo, siempre de color negro , adornado el barbijo con apliques y correderas de plata.

El calzado también se constituye en otra de las grandes variaciones del atuendo fiestero. En lugar de la tradicional alpargata, se usan botas de caña altas y duras (denominada por los lugareños granadera), levemente corrugada en los tobillos, generalmente de color marrón y con menor profusión de color negro. Esto en lo que hace la zona ganadera; cruzando el Río Corrientes, se usan botas de caña no muy alta, que sobrepasan la media pierna, lisa, generalmente negra. Completan este atuendo el poncho o ponchillo con el color de su divisa partidaria, puesto sobre la espalda o tirado sobre el hombro izquierdo o colocado en bandolera; el cuchillo y su guacha enganchada en él. Un agregado caté (gente de mejor condición social) es el saco cruzado con cuatro botones, de color similar a la bombacha, formando traje.

Vestimenta de la mujer
Se compone de blusa, enagua y pollera. La blusa puede ser de color blanco o con su estampado de motivos chicos y realizado en variados colores. Las características son: un amplio volado en el cuello, mangas hasta el codo con terminación de puntillas, igual que en el cuello (la puntilla a veces es remplazada por la misma tela trabajada). La falda o faldón, se usa indistintamente dentro dentro o fuera de la pollera; también puede ser una blusa más sencilla, sin adorno, solamente con cuello y mangas hasta el codo.

La pollera es amplia y está confeccionada en tela de algodón de colores intensos, lisos o floreados, con un ancho volado en el ruedo, cubriendo casi toda la pantorrilla.

La enagua o bajo es de tela de algodón, muy amplia y con apliques de puntillas realizadas a mano. Se utiliza para armar la pollera. La dama se calza con alpargatas o zapatos con presilla en el empeine y tacones.

Por último, la dama va peinada con dos trenzas, sujetadas con cintas en las puntas, que al igual que su pañuelo de cuello (no siempre utilizado), son del color de la divisa partidaria.

Informacion tomada de El Folcklore Argentino

Encontraran videos, fotos y mucha informacion util en la pagina del Ballet Folklorico Argentino.

Chile

Los especialistas en la materia reconocen que no hay un estilo único ni una vestimenta que identifique a los chilenos en su totalidad. Las vestimentas típicas son regionales y se identifican con grupos y espacios territoriales. Con el paso del tiempo se han incorporado nuevos objetos y nuevas materias primas.

Los trajes típicos de nuestro país tienen sus propias características marcadas por el clima, la cultura, el trabajo, la materia prima y las tradiciones. Pasando por alegres coloridos a sobrios grises y negros.

En el norte tenemos el Altiplano, los campos en la zona central, siguiendo al sur nos encontramos con las tierras de Arauco y la Araucanía. Pasando en transbordador llegamos a Chiloé, y cruzando el Pacífico la Isla de Pascua. Al final del recorrido nos encontramos con las tierras de Magallanes, en la zona austral.

Las ropas del norte se confeccionan con lana de vicuña, alpaca o llama y en el sur con lana de oveja. Los diseños son simples y cómodos para poder realizar los trabajos que requiera la tierra, los animales o la artesanía.

El Norte
En el norte nos encontramos con una gran variedad de trajes debido a la diversidad de habitantes de la zona. Hay indígenas, mineros y los trajes especiales utilizados en las ceremonias religiosas.
Una vestimenta típica es:
Hombre
-Sombrero de ala corta con adornos
-Chaquetilla
-Camisa habitualmente blanca
-Pantalón de tela negro
-Zapatos o sandalias
-Bolsa

Mujer
-Vestido largo
-Blusa blanca
-Zapatos o sandalias
-Manta de colores

Aimaras
Mujeres
Las mujeres del norte de Chile usan diariamente su vestimenta típica.
-Awayo: nombre con que se conoce a la manta colorida que cruzan sobre el pecho los aimaras. En ella cargan a sus hijos a la espalda o la mercadería.
-Sobre la cabeza llevan un sombrero de paño.
-Traje femenino ceremonial: túnica de lana negra y una faja que fija la vestimenta a la cintura. Habitualmente visten una camisa de lana o "guayata" y amplias faldas con franjas multicolores.

Hombre
Jerga: El hombre viste un pantalón de color blanco y lana de alpaca. Lo cierra con botones cubiertos con lana de colores.
"Chaco" o cinturón. Es una cuerda trenzada de lana que amarran como cordón de zapato.
"Chullo o "llucho" : Sombrero de colores y "orejitas" que caen a los costados de la cabeza.
La camisa es de lana y tejida en telar.
Poncho color natural

Zona centro
La indumentaria huasa debe ser muy cómoda, ya que el huaso pasa gran parte del tiempo montando. Cada una de las piezas tiene una utilidad específica.

En el rodeo, tanto el huaso como el caballo van vestidos con implementos típicos, que dependen, en gran parte, del gusto del jinete. Él se viste y calza utilizando elementos que pertenecen a la indumentaria huasa.

Hay diferentes "tenidas", por llamarlas de algún modo, que se diferencian claramente una de otra:
Vestimenta de diario: hoy se han incorporado prendas tales como jeans o casacas, pero no puede faltar la chupalla o sombrero de paño.
Vestimenta de faena: para el trabajo en el campo, es resistente y cómoda para andar a caballo.
Vestimenta de lujo: utilizada principalmente en rodeos y fiestas. Los huasos sacan sus mejores prendas. Camisa a cuadros, chaquetilla corta blanca o negra, pantalón a rayas, zapatos de tacón, faja o cinturón, encima un lujoso poncho o manta.

La mujer en tanto se viste con un sencillo vestido de vivos colores generalmente.

Zona sur

Mapuches
Mujer
-Chamal o "Küpam: especie de túnica de color negro que envuelve todo el cuerpo, dejando sólo el hombro izquierdo descubierto. Se afirma con un alfiler al hombro derecho y a la cintura por una faja o "tralihue"
-Üquilla: gran manta tejida a telar de color negro y una franja azul, fucsia o verde en el borde.
Blusa y delantal de percala
-Los vestidos son anchos, a los que se agrega una manta, un pañuelo que cubre la cabeza y platería mapuche en su cabeza y/o a modo de pechera

Hombre
El hombre mapuche ha abandonado su traje típico diferenciándose de cualquier campesino en la manta larga tejida a telar y el sombrero de paño. Algunos continúan usando un cintillo tejido en la cabeza y ojotas.

Chilotes
Los habitantes de la zona sur han adaptado su vestimenta al frío y lluvioso clima. Se dice que el varón lleva gorro o boina como vestigio de la influencia española

Hombre
-Grueso chaleco de lana de oveja conocido con el nombre de "guiñiporra".
-Gorro, calcetas y ojotas, casi desaparecidas utilizadas por pescadores y agricultores. Dicen que las botas de agua las habrían reemplazado.
-Chaqueta azul oscura
-Pantalón de tela
-Camisa blanca sin corbata
-Zapatos negros, bototos o botas
-Sombrero

Mujer
La vestimenta de la mujer chilota es muy sencilla. Habitualmente cubre la cabeza con un pañuelo. Las mujeres jóvenes han incorporado los colores claros tanto en blusas como chalecos.
Una vez que se casan las mujeres oscurecen su vestuario.

-Chaqueta negra de paño, abotonada y con un corte en la cintura
-Falda oscura y larga
-Medias gruesas
-Zapatón negro con un pequeño taco
Zona Austral

El ovejero

-Boina de paño o de lana de oveja
-Chaqueta corta de cuero o mezclilla, forrada con chiporro
-Blue jeans o bombachas
-Pañuelo al cuello
-Faja

Isla de Pascua
Los habitantes de la Isla de Pascua solían andar desnudos y con el cuerpo tatuado, dando más importancia a los adornos o tocados que colocaban en sus cabezas.

Tanto hombres como mujeres usaban las mismas prendas:

-Hamí: tapabarros anterior
-Kotaki: taparrabos posterior
-Nua: larga capa

Las mujeres usaban sombreros de fibras trenzadas, tocados de plumas y vegetales.
En sus cuellos colgaban collares de conchas, corales, adornos pectorales de madera y pendientes en las orejas

Informacion tomada de Fiestas patrias 2001

Peru

A pesar de los muchos siglos de imposición cultural occidental, los campesinos, pastores, hombres y mujeres sencillos de las áreas rurales del Perú han mantenido varios elementos incas y preíncas en sus trajes de uso habitual, trazando una continuidad, pero incorporando una serie de detalles, que del tiempo han devenido un sincretismo especial y diferente según cada localidad.

A lo largo y ancho del Perú los trajes y adornos de uso habitual muestran grandes variaciones regionales. La historia, cultura, creencias y costumbres de los pueblos del Perú se pueden leer en ellos. Trajes que distinguen, por sus señas, a las casadas de las solteras, al campesino común del mayoral, al alcalde varayoc de las demás autoridades, y por supuesto, al hombre sencillo del que adereza sus atavíos con joyas y adornos de oro y plata para dejar sentada la autoridad, prestigio o poder.

LAS TRETAS DEL DÉBIL
Con la conquista española se alteraron todas las costumbres de los Andes, especialmente sus elementos visibles. Las nuevas autoridades impusieron sus normas y desterraron de las vestimentas los símbolos que recordaran la autoridad del pueblos vencido. Es así que desaparece el tradicional unku, una de las piezas fundamentales de la indumentaria masculina de la aristocracia inca, que consistía en una camisa sin cuello muy amplia y que llegaba hasta la rodilla, adornada de figuras solares y elementos geométricos y simbólico, tejido por diestras manos de las mamaconas o de los cumbicamayoc.

Después de la ejecución de Túpac Amaru I, el último Inca de Vilcabamba, en 1572, el virrey Francisco de Toledo obligó a los hombres a usar trajes españoles y las mujeres a variar el tradicional anacu. Es por este motivo que, paradójicamente, Túpac Amaru II, el líder de la rebelión indígena más importante de la historia del Perú, vestía en 1780 pantalones y sombrero negro a la usanza ibérica.

De un Túpac Amaru a otro, el hombre sencillo no dejo de usar el unku popular, es decir, la misma camisa pero en tejido más burdo y la mujer, el sencillo y negro anacu.Es sólo después de la rebelión de Túpac Amaru II que las autoridades españolas prohibieron estos trajes en todo el territorio de virreinato y entre todas las clases sociales. Sin embargo, los indios siguieron usando sus antiguos trajes como una forma de resistencia denominada por algunos como "las tretas del débil": debajo de las usuales prendas españolas las mujeres siguieron llevando el anacu o lo fueron transformando, sabia y dulcemente, en distinto trajes que aún se lleva hasta hoy.

¿POR QUÉ USAN FALDAS NEGRAS LAS MUJERES?
Es así que el anacu o como lo llamaban los españoles, el capuz, una amplia y larga túnica de color negro, hecha de algodón o lana, según se lleve en la costa o en la sierra, se va trasformando poco a poco en las diversas polleras de las distintas localidades. Primero se le agregó una foja de colores diversos que apretaba vistosamente la cintura. Luego se empezó a llevar debajo blusas blancas o de colores, bordadas en mangas y cuellos, que sobresalían del traje. Mas tarde se retiro la parte del anacu y se mantuvo simplemente la falda negra.

La investigadora Luisa Castañeda, quien ha dedicado parte de su vida a viajar por el Perú y recoger la distintas variantes de los trajes regionales, sostiene que el anacu está a punto de desaparecer, aunque algunos mujeres todavía lo llevan. Es el caso de las chinas de Huancabamba, en la sierra de Piura, que visten este traje ceñido a la cintura por una faja o cushmas, de color blanco y adornado con flores, y a la espalda llevan un paño o chal de lana llamado rebozo, que sirve para formar el quipe donde llevan usualmente a sus hijos pequeños.

Las mujeres de Cañaris, en la provincia de Ferreñafe, también usan faldón negro, aunque acompañado de la tradicional lliclla de lana de colores. También lo hacen las chinas mochanas o las del valle de Virú, quienes generalmente sólo lo acompañan de blusas blancas bordadas también en blanco. Estos trajes, pero estilizados y hechos de seda pesada, son usados por los concursantes de los festivales del baile de marinera. 

Dicen que el color negro del anacu se debe "al luto que guardan las mujeres por sus antepasados incas", aunque algunos cronistas sostienen que este color era usado comúnmente antes de la conquista. Este todo caso, por más que intentaron desterrar estas costumbres, españoles primero y los propios criollos después, las mujeres permanecieron tercamente aferradas en su tradición.

En la provincia de Yauyos, en la sierra de Lima, el anacu lleva una cenefa tramada en rojo y negro por todo el vuelo, a la cintura va ajustada por una faja ancha llamada marate. Sobre los hombros llevan una manta de lana tejida también en rojo y negro, la wak´a, que sostienen con grandes alfileres de plata (tupus).

En Junín, en el Valle del Mantaro, lleva otro muy similar con la diferencia que las campesinas levantan el vuelo de la falda anudándolo en la cintura. Por debajo asoma un fustán de algodón al que llaman cotón y que se usa sólo desde la conquista (los curas obligaban a las mujeres a llevarlo para no mostrar sus pecaminosas piernas).
Informacion tomada de Comunidad peruana

En la sierra de Lima, la falda lleva una cenefa en rojo y negro y, en Junín, al igual que en Cajamarca y en el Cusco, las faldas ya no son negras. Las mujeres dejan asomar bajo su falda varias polleras de algodón bordadas, hasta con hilos de oro y plata, con hermosos dibujos en el borde. El poncho data del siglo XVII y, al parecer, es una variante del traje masculino, el unku. Los tupidos ponchos cajamarquinos no dejan filtrar el agua; son tan largos como en Puno, en donde se trocan por rojo durante los días de fiesta. En el Cusco, los ponchos son cortos y con figuras geométricas muy elaboradas sobre fondo rojo.

En la costa, los ponchos fueron utilizados por los latifundistas y están hechos de algodón o de lana de vicuña. En la selva, tanto hombres como mujeres de ciertos grupos étnicos, visten una cushma, una túnica amplia cosida a los costados, adornada con tintes y figuras geométricas de la región. Los trajes suelen ir acompañados por sombreros de lana o paja, algunos de colores. Pero en las zonas de mayor frío en el ande, se suele utilizar el chullo, un gorro tejido de lana que cubre las orejas y que está decorado con motivos geométricos.

Los bailes regionales requieren de trajes distintivos. En la costa, para bailar marinera el algodón de la falda fue reemplazado por la seda. En el ande, los danzantes de tijeras adornan su hermoso traje con espejos y bordan a su dios protector en la espalda.
Informacion tomada de Turismo INKAIKO